¿Qué es la Vitamina D?
La vitamina D es un nutriente esencial para el organismo de los seres humanos. Su principal función es la esquelética. La vitamina D provee el balance de calcio y fósforo necesario para mantener una adecuada función ósea.
Ayuda a desempeñar otras muchas funciones de gran importancia en nuestro cuerpo. Por ejemplo, el movimiento muscular, el metabolismo celular, la regulación del sistema inmunológico, endocrino y cardiovascular, o la correcta actividad pulmonar, entre otras.
En los últimos años se ha observado una disminución progresiva de los niveles de vitamina D. Es debido en gran parte a cambios en los estilos de vida. Estos bajos niveles de vitamina D se han asociado con la aparición y el agravamiento de muchas enfermedades.
Por ello, y con la llegada del verano, en la Clínica de Ana Checa creemos que es importante conocer un poquito más a cerca de esta vitamina.
¿De dónde se obtiene?
La Vitamina D puede incorporarse al organismo a través de la ingestión de algunos alimentos como pescados, quesos, setas, hongos, algas, o incluso la yema de huevo. Sin embargo, la fuente más importante de vitamina D proviene de la producción endógena de la piel, gracias a la acción de la luz ultravioleta que obtenemos de la exposición solar. Cada vez que nos exponemos al sol, nuestra piel es capaz de sintetizar vitamina D.
Es prudente limitar la exposición de la piel a la luz del sol a unos 15 o 20 minutos diarios para reducir el riesgo de cáncer y otros problemas de piel. Este tiempo será suficiente para aportar unas cantidades diez veces mayores que las que podamos ingerir en nuestra dieta.
¿Cómo puedo saber si tengo una deficiencia?
La forma de conocer que existe una deficiencia de vitamina D es por medio de una prueba de sangre. Sin embargo, hay algunos signos y síntomas que debemos tener en cuenta como: el estado de ánimo, ya que estamos más tristes y decaídos cuando menor es la exposición solar, o el dolor de huesos, entre los más destacados.
¿Qué ocurre si tengo bajos los niveles de Vitamina D?
Una situación mantenida en el tiempo de los niveles bajos de esta vitamina puede dar lugar a una deficiencia, o lo que llamamos: Hipovitaminosis D.
La Hipovitaminosis D representa un problema de salud en todos los grupos de edad, no obstante existen grupos de mayor riesgo tales como niños, embarazadas y ancianos.
Entre las patologías asociadas a bajos niveles de esta vitamina podemos destacar aquellas enfermedades síntoma de alteraciones en los niveles de calcio. Son las caracterizadas por el deterioro y disminución en la densidad mineral ósea, tales como la Osteopenia o la Osteoporosis, enfermedades que aumentan el riesgo de fracturas.
Secundariamente a dicha alteración de los niveles de calcio podría darse Hiperparatiroidismo, o aumento de la síntesis de la Parathormona reguladora del metabolismos de Calcio.
Por otro lado, podríamos hablar de la importante relación existente entre la hipovitaminosis D y el desarrollo de enfermedades. Por ejemplo, la enfermedad cardiovascular, ya que, los niveles más bajos de vitamina D están asociados al aumento de la frecuencia cardíaca y de la presión arterial.
En cuanto a otras enfermedades como la Diabetes Mellitus tipo 1 y tipo 2, estudios recientes sugieren que la vitamina D desempeña un papel regulador del metabolismo de glucosa en nuestro cuerpo. Ayuda al páncreas en la producción de insulina, por tanto, su déficit nos llevará a un aumento de los niveles de azúcar en sangre.
Otras enfermedades autoinmunes y de las vías respiratorias también podrían aparecer o empeorar por niveles bajos de vitamina D. Es el caso de la Esclerosis Múltiple o el Asma, entre otras. Del mismo modo, se observa relación entre la obesidad y la menor exposición al sol, factor que podría desencadenar la acumulación de grasa en nuestro cuerpo.
Y por último, podríamos decir que también existen estudios observacionales que sostienen la idea de que la vitamina D tiene un papel beneficioso en la prevención del Cáncer y la supervivencia, así como un mejor resultado en los tratamientos de fertilidad llevados a cabo en mujeres.
Desde la Clínica Ana Checa recomendamos a nuestros pacientes que no deberían esperar a que los signos, o la propia deficiencia, de esta vitamina se hagan visibles en nuestro organismo.
Por tanto, será muy beneficioso para nuestra salud que tomemos el sol durante unos minutos todos los días del año, ya que es la mejor fuente para aportarnos grandes cantidades de vitamina D. Sería recomendable cuidar también nuestra alimentación, así como realizar un control mediante análisis de sangre para comprobar si nos encontramos en los niveles adecuados de vitamina D.
De este modo, la suplementación de esta vitamina será recomendable para aquellas personas con deficiencia diagnosticada, pero para la población en general también, sobre todo en épocas del año en las que nuestra exposición al sol se vea reducida, como en invierno. Pero, ante todo, la exposición solar siempre será la mejor opción y, además, nos ayudará a sentirnos más vitales y activos.