El 80% de los niños obesos continuarán siéndolo cuando lleguen a adultos si no se adoptan las medidas oportunas. Es un dato más que preocupante puesto que la educación alimentaria que reciban los niños durante el periodo de su infancia seguramente será el reflejo de su salud en la edad adulta.
El número de casos de obesidad a nivel mundial ha incrementado de 11 a 124 millones, solamente en España se ha cuadruplicado la prevalencia de la obesidad según informa la OMS. Entre 1975 y 2016, la prevalencia de la obesidad ha aumentado en niños del 3% al 12% y en niñas, del 2% al 8%.
¿Qué es la obesidad infantil?
La obesidad infantil es una enfermedad compleja con una base multifactorial. Se ha demostrado que tiene una fuerte asociación con la mortalidad y morbilidad de los adultos, una vez aparece en fases tempranas, tiene tendencia a continuar a lo largo de la vida y cuanto mayor sea la exposición, más riesgo habrá de sufrir enfermedades crónicas. Más hipertensión, más hiperglucemia, hipercolesterolemia… Con repercusión a todos los niveles: incremento del riesgo cardiovascular, infartos, ictus, problemas de morbilidad y también de mortalidad.
¿Cuáles son los factores de riesgo de la obesidad infantil?
- factor genético: por lo general, los hijos de padres obesos tienen mayor posibilidad de serlo. No solamente por la genética, sino también por los hábitos, el estilo de vida en ambiente familiar, sedentarismo y alimentación inadecuada.
- Sedentarismo: los niños de hoy en día pasan muchas horas sentados delante de la televisión o con videojuegos, por lo tanto el gasto energético es mínimo. Ideal es que tengan una vida más activa y que realicen actividad física diaria.
- Dieta inadecuada: por lo general cuando un niño tiene obesidad es porque tiene una dieta hipercalórica, esto se traduce en una dieta con exceso de alimentos azucarados y ricos en grasa. Suelen ser alimentos precocinados, comida rápida, poca fruta y verdura, bebidas azucaradas, excesivo aceite a la hora de cocinar, bollería industrial, chucherías, etc y mala organización a la hora de planificar las comidas, sin tener en cuenta el valor nutricional y balance energético.
Tratamiento y prevención de la obesidad infantil:
Siempre el mejor tratamiento para apaliar la obesidad tanto infantil como adulta será modificar los hábitos, siendo estos saludables, instaurando una alimentación equilibrada y promocionar actividad física diaria. Es muy importante identificar los errores que se deben corregir y hacerlo en los primeros años de vida, para que esos hábitos se reflejen en las costumbres en la edad adulta.
- No existen alimentos ‘malos’, sino frecuencias de consumo inadecuadas. Adapta las cantidades a la edad y al desarrollo del niño.
- Frutas y verduras a diario. Ofrece al niño frutas y verduras diariamente, de temporada, que aporten a su organismo vitaminas, minerales y fibra.
- Tres o cuatro raciones de productos lácteos al día. Sirven para asegurar el calcio que los huesos, en pleno desarrollo, necesitan. Las opciones descremadas aportan la misma cantidad de calcio que las enteras.
- Utiliza aceite de oliva. Es el más recomendable para cocinar y tomar en crudo.
- Dos tomas de proteínas al día. Dos tomas moderadas al día de pescado, carne, huevos o jamón son suficientes para aportar al organismo de los niños la cantidad de proteínas que necesitan.
- Hidratos de carbono integrales. El pan, el arroz, la pasta, las patatas, las legumbres y los cereales aportan los hidratos de carbono complejos que el niño necesita. Si compras productos integrales, le aportarás fibras y aumentará su ingesta de vitaminas y minerales.
- Una buena hidratación es importante. Para beber, siempre agua. Los refrescos sólo en momentos puntuales y sin cafeína.
- Alimentación variada. Programa una alimentación que incluya alimentos de todos los grupos, sin abusar de ninguno de ellos. Todos los alimentos son buenos, lo importante es el equilibrio entre ellos.
- Alimentos envasados. La industria alimentaria ofrece productos de calidad que se adaptan a las nuevas tendencias de vida. Opta por los pescados en conserva y las verduras envasadas.
- Predica con el ejemplo. Cuida tu alimentación y tu hijo te imitará.